Puente de Hierro de El Capricho

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El puente de hierro en el Parque de El Capricho es una joya arquitectónica del siglo XIX. Uno de los primeros puentes de hierro. Su original diseño lo convierte en un punto de referencia encantador dentro de este jardín histórico.

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Puente de Hierro de El Capricho

Autor:
Antonello Dellanotte

Fecha de captura:
22 de noviembre de 2017

Lugar de captura:
Jardín de El Capricho

La Duquesa de Osuna, alma máter de El Capricho y paradigma de la mujer ilustrada

El Capricho fue idea y obra de Doña María de la Soledad Josefa Pimentel (1750-1834), Condesa-Duquesa de Benavente y Duquesa de Osuna por su matrimonio con el IX Duque de Osuna, Pedro Téllez-Girón. El largo período de construcción del jardín, con la Guerra de Independencia de por medio, abarcó desde 1787 hasta 1839, cinco años más allá de la muerte de la duquesa. En este espacio realmente mágico, la fascinante figura de esta mujer es la clave de todo. Siempre apoyada por su marido, -hombre de acción pero también profundo amante de las artes-, la rebeldía de la duquesa, su visión única en la época, su ilustrada personalidad, su gran inteligencia, su mentalidad abierta y su espíritu de acción, llevaron en este proyecto su interés por las ciencias, las artes y en general por el conocimiento a un nivel de materialización inimaginable. Porque aunque desde un punto de vista simplista podría decirse que el parque no es más que un agregado de estrafalarios caprichos de una mujer rica, la realidad es bien distinta y está bien lejos de la acepción peyorativa de la palabra capricho.

Estratégicamente alejada de la corte –con la que competía en importancia-, la duquesa, como paradigma de la aristocracia ilustrada, tendría en El Capricho su propio espacio en el que, además de agasajar, divertir e impresionar a sus invitados, le sería posible establecer, bajo su único criterio, sus selectas relaciones sociales y ejercer su gran influencia y su mecenazgo, dando cobijo e impulso a artistas que ella misma seleccionaba conforme a su refinado gusto artístico. El más conocido de sus protegidos fue Goya, pero la duquesa también apoyó las carreras de escritores como Ramón de la Cruz o Meléndez Valdés o las de músicos como Barbieri o Boccherini, entre otros. Este apoyo se materializaba, por ejemplo, con la financiación de viajes y actividades de formación o con la oportuna recomendación para el acomodo profesional de sus patrocinados.

La visión de la duquesa

En El Capricho no hay nada dejado al azar. A pesar de sus humildes 14 hectáreas, el diseño de las trazas y elementos de sus jardines crea un sorprendente efecto visual de continuidad, haciendo parecer el espacio mucho mayor de lo que en realidad es, pues cada perspectiva está minuciosamente estudiada. Además, cada elemento que vamos encontrando nos sorprende más que el anterior. Visitar este jardín es hacer un viaje a la fantasía y a lo desconocido. He leído en varios artículos que el diseño podría ser una suerte de escenificación de La Flauta Mágica, de Mozart, obra en la que se encuentran paralelismos con los ritos iniciáticos de la masonería. Quizá, aparte de las tertulias y las fiestas, se celebrasen otro tipo de reuniones, mucho más discretas, mucho más secretas… Para los amantes de lo oculto y la numerología este es uno de los lugares más interesantes que se puede encontrar en Madrid, pues hay símbolos por todas partes. Lógicamente los símbolos a veces forman parte de un código, todo lo cual, que pasa inadvertido a los ojos del no iniciado, impregna en cualquier caso el ambiente de un fascinante halo de misterio. Así es como yo lo percibí en las dos sesiones a puerta cerrada que hicimos durante el reportaje para el Ayuntamiento. El hecho de que no hubiera nadie, porque fue entre semana, y el tremendo frío que hacía aquella mañana –estábamos a las puertas del invierno- quizá favorecieron estas sensaciones. En cualquier caso he de decir que fue, además de un verdadero privilegio, una de las mejores experiencias que he vivido como fotógrafo y como persona.

Conoce El Capricho en profundidad en el blog de Antonello Dellanotte:
https://antonellodellanotte.com/elcapricho-primera-parte-la-vision-de-la-duquesa/

Información adicional
Tamaño

S (33×24 cm.), M (50×35 cm.), L (70×50 cm.), XL (100×70 cm.)

Acabado

Copia en papel fotográfico mate, Copia en papel artístico, Cuadro rígido con bastidor

Fotoarte del patrimonio global de Madrid
Fotografías por Antonello Dellanotte
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